Gerardo Gigena, jugador de Los Tarcos, vivirá una experiencia especial este fin de semana: será refuerzo de Independiente de Tandil en la Superliga Argentina, una de las competencias más importantes del país. A sus 25 años, el oriundo de Trancas aceptó el desafío con entusiasmo tras la invitación del conjunto tandilense. “Estoy muy contento. Mi equipo no clasificó este año, así que no íbamos a participar. Que otro club me haya llamado como refuerzo significa mucho para mí”, expresó Gerardo a pocas horas de debutar en el torneo.

El vínculo con el equipo de Tandil nació tiempo atrás, cuando Gigena viajó a esa ciudad con Los Tarcos para jugar un torneo de verano. “Ahí conocí a varios chicos que hoy son parte del plantel. A través de un compañero tandilense que juega conmigo, me contactaron y me preguntaron si estaba disponible. Así se dio todo”, contó.

Gigena no será el único jugador sumado para esta edición del torneo. “Somos tres refuerzos. Dos de ellos son considerados del club de origen porque ya jugaron en Independiente antes. Yo soy el único que llega sin haber tenido vínculo previo con el club”, explicó. Además, detalló que ocupa posiciones de delantero y mediocampista, aunque aún no sabe con certeza qué rol le asignarán en este nuevo equipo.

Si bien no concentra con sus nuevos compañeros, comparte las comidas, las charlas tácticas y las actividades previas a los partidos. “Me estoy adaptando. Ayer tuvimos entrenamiento y una charla de inicio de torneo. Todavía me cuesta con los nombres, pero es parte del proceso”, confesó entre risas, y agradeció que las camisetas sean numeradas.

El camino de Gerardo en el hockey comenzó en Trancas, su ciudad natal, donde en 2016 fue convocado para participar en los Juegos Evita. “Yo jugaba al fútbol, de lateral derecho, y un grupo de chicos me invitó a sumarme al equipo de hockey. Viajamos a Mar del Plata y ahí conocí el nivel que había. Eso me atrapó”, recordó.

LA GACETA / DIEGO ARAOZ

Desde entonces, su vida giró alrededor del deporte. Pasó por Libertad de Trancas y Central Córdoba antes de llegar a Los Tarcos, su actual club. Hoy vive en San Miguel de Tucumán, estudia Educación Física en el IPEF y trabaja como entrenador de divisiones juveniles femeninas en su club.

Aunque el hockey masculino dejó de tener competencia oficial en Trancas, Gigena nunca abandonó su compromiso con el deporte. “Allá el hockey varones prácticamente desapareció. Nosotros habíamos formado un equipo para participar en la Asociación Tucumana, pero con el tiempo se desarmó por falta de jugadores”, relató. Fue uno de los primeros en Trancas en practicar este deporte. “Al comienzo era difícil lidiar con la gente. Te miraban raro porque llevabas un palo de hockey. A mí no me importaba mucho, pero sí se escuchaban algunos comentarios”, remarcó.

Lejos de ver al hockey como un simple pasatiempo, Gerardo lo toma con seriedad. “Mi objetivo es poder jugar en el exterior. En Europa es un deporte del que se puede vivir. En febrero estuve a punto de irme a Italia, pero por un tema de papeles no pude concretarlo. De todos modos, sigo trabajando para lograrlo. Espero pronto poder dar ese paso, ya sea recibido como profesor o no. Mi máximo sueño es vivir de este deporte tan lindo”, aseguró.

Entre tantas experiencias, amistades y logros, Gerardo rescata lo humano como lo más valioso que le dejó el deporte. “Las amistades que hice gracias al hockey son lo mejor que me pasó. Con mis compañeros comparto todo, dentro y fuera de la cancha. Eso no tiene precio. Siento que valieron la pena estos nueve años”, cerró con una sonrisa.